lunes, 16 de julio de 2012

Chesús Yuste: La Mirada del Bosque





La Mirada del Bosque de Chesús Yuste.




Acaba de llegar a las librerías de Argentina 'La mirada del bosque' (Ed. Paréntesis),  la primera novela policíaca de Chesús Yuste, colaborador habitual de The Southern Cross, el periódico mensual de la comunidad irlandesa en Argentina. Historiador y político español apasionado de Irlanda, su blog Innisfree1916 ha sido recomendado por Lonely Planet como el más completo sobre Irlanda en español. De hecho, su novela transcurre en la Irlanda rural, combinando la intriga, el humor irlandés, el erotismo y múltiples referencias culturales, gastronómicas e históricas sobre la vida en la isla esmeralda. 
En un pequeño pueblo de Irlanda, en el hermoso condado de Donegal, aparece asesinada Emily Donoghue. Es el primer asesinato cometido en Ballydungael en los últimos setenta años. Será un desafío para las fuerzas vivas del pueblo: la maestra y novelista de éxito, el alcalde, la locutora de radio, el párroco de San Columba y la joven doctora recién llegada intentarán ayudar al sargento de la Garda (la policía irlandesa) a resolver el caso. Los seis acostumbran a reunirse a cenar todos los miércoles para comentar los crímenes novelados por la maestra, pero en esta ocasión el crimen va a ser real.
En esta historia de intriga, con el sabor y sentido del humor de los cuentos irlandeses, y con la Irlanda de 1992 como telón de fondo (a punto de desperezarse el Tigre Celta, a punto de agotarse el ciclo de violencia en el Norte, a punto de construirse la Unión Europea…), va desfilando un mosaico de personajes: un potentado encerrado en su castillo, un artista que pinta desnudo, una mujer misteriosa que vive en el bosque, un inspector lleno de complejos, un ministro que no sabe decir Ballydungael, un hombre perdido que pregunta una dirección, un chino que habla irlandés… y, como un actor más, la frontera de la partición que marca sus vidas.
Ahora podrás encontrar 'La mirada del bosque' en las siguientes librerías de Buenos Aires:
  • Librería Paidós (Avda. de las Heras, 3741, local 31).
  • Librería Tiempos Modernos (c/ Cuba, 1921).
  • Librería Hernández de la Calle C (Avda. Corrientes, 1311 y Avda. Corrientes, 1436).
  • Librería Norte (Avda. de las Heras, 2225).
  • Librería del Mármol (c/ Lavalle, 2015).
  • Librería Antígona (Callao, 737).
  • Librería Guadalquivir – PROEME, S.L. (Callao, 1012).
  • Retórica Ediciones (Avda. Santa Fe, 2928).
  • La Cita Libros (Charcas, 3315).
  • Eterna Cadencia Libros (c/ Honduras, 5574. Palermo, C.A.B.A.).
  • El Gato Escaldado (Avda. Independencia, 3548. Boedo, C.A.B.A.).
  • Librería Santa Fe APS (Avda. Santa Fe, 2376).
  • Arcadia Libros (c/ M. T. de Alvear, 1548).
  • Usina Cultural S. A. (c/ Nicaragua, 4899).
  • LUDEBA (c/ Tucumán, 1792).
Así escribe Chesús Yuste


Era una luminosa mañana de junio. A la Sra. Murphy le extrañó que la oficina de correos no hubiera abierto a su hora. Emily solía ser puntual. Algo le ha tenido que ocurrir, pensó la Sra. Murphy mientras seguía su camino hacia el comercio del comandante. Y en efecto, lo que le había ocurrido a Emily había sido un golpe con un objeto contundente y cortante en el parietal izquierdo del cráneo. Eso escribió el policía en su libreta cuando inspeccionó el cadáver. A Emily, la cartera de Ballydungael, la habían encontrado veinte minutos antes tirada en el arcén de la carretera, a doscientos metros de la granja del viejo MacSweeney, en las afueras del pueblo, en el otro extremo de donde vivía. Tras un desayuno reglamentario de salchichas y huevos revueltos, lo ideal para aguantar un día duro, el mayor de los MacSweeney, Declan, acababa de arrancar la moto que cada mañana le llevaba a la fábrica de conservas de pescado donde trabajaba, cuando la visión de aquel bulto en la carretera le hizo detenerse. El aire alzaba la tela estampada de trazos rojos y azules. Era imposible no verlo. Se trataba del bonito vestido de Emily Donoghue. La sangre le cubría el rostro y por eso Declan no pudo reconocerla. Fue su madre quien identificó enseguida a la propietaria del vestido. «Lo llevaba ayer tarde, me la encontré cuando iba de compras. Es Emily, la de correos, pobre mujer.»
Eoghan Duffy, el sargento de la Garda Síochána, la policía de la República de Irlanda, se inclinó sobre el cadáver, buscando alguna prueba que pudiera orientar su investigación. Se trataba del primer asesinato que se cometía en Ballydungael desde la guerra civil. Y el primero con el que se encontraba en su carrera profesional. Casi había olvidado cuál era el protocolo que debía seguir en estos casos.
La noticia circuló por el pueblo a gran velocidad. Cuando el sargento Duffy entró en la casa de apuestas que regentaba Tom Donoghue, la gente se agolpaba en las aceras esperando ver cuál iba a ser la reacción del marido de la víctima. Las apuestas improvisadas pagaban 3 a 1 a que Tom sería detenido como principal sospechoso. Pero no fue así. Al conocer la noticia, se desplomó sobre su silla y se deshizo en llantos. Al policía le resultó convincente.
En aquel pequeño municipio donde nunca pasaba nada, el crimen de la cartera se convirtió en el gran acontecimiento del que todo el mundo hablaba. Ya ni el abultado vientre de la pequeña de los Sullivan en su traje de novia el día de su boda, ni las costumbres libertinas del pintor hippy que se había instalado en el antiguo molino, eran capaces de desplazar de las conversaciones al gran tema: pero ¿quién mató a la Sra. Donoghue? 






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